"Evitar los problemas que debes enfrentar es evitar la vida que tienes que vivir."
Paulo Coelho

martes, 1 de junio de 2010

Después de la tormenta viene la calma

... ¿Pero cuándo exactamente va a llegar?

No tengo mucha paciencia, sencillamente no la tengo, dicen que es virtud... pues yo no tengo el placer de conocerla como tal... para mi solamente es un hábito que no practico, que aunque lo intento no consigo aprender bien del todo. Dicen que es un razgo de madurez..., que la paciencia mitiga los dolores y ¿Por qué sigue doliendo tanto? ... Y aquí sigo practicando el tener paciencia, sobre todo conmigo misma, y me doy cuenta de que estoy impaciente por llegar al final de la escalera y aún voy por el primer peldaño...

Se supone que ser paciente incluye, aceptar con serenidad el dolor y aguantar con estoicismo las pruebas que nos pone la vida, que "no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista" .... Se supone que con paciencia podemos centrarnos en ver el orígen de nuestros problemas y buscar soluciones acordes a ellos. Se supone que con paciencia, esa madre de todas las ciencias, veré crecer los árboles desde sus semillas... y  un día me proveerán de sombra... pero ¿Por qué siento yo que teniendo paciencia no hago nada.. que es como si decidiera sentarme en ese banco a esperar por algo que no llega y que no sé si llegará?



Me senté en ese banco a descansar, mientras mi hija montaba en bicicleta, a pensar, a soñar con imposibles, a intentar olvidar las ausencias, a regodearme en mi dolor y en mis tristezas, soportando todo ello por la visión de esa niña feliz en bicicleta... y solamente al final, antes de irme, se me ocurrió fijarme en el árbol que crecía y vivía a su lado, tranquilo y muy torcido, pero que sigue, tirando hacia arriba, imparable, buscando el sol, buscando lo que le da la vida...sin darse por vencido.

Soy como ese árbol, ya estoy torcida, pero seguiré buscando el sol, seguiré buscando lo que me da vida... y mientras, seguiré mirando a esa niña como crece y monta en bicicleta.